La empresa Aeromar busca aprovechar la creciente demanda de mexicanos que viajan a Estados Unidos para vacunarse contra el coronavirus destinando una cuarta parte de su capacidad actual a los vuelos fronterizos.
Con un enfoque en ciudades como McAllen y Laredo, es una de las mayores apuestas de la aerolínea a corto plazo, mientras que para la segunda mitad del año busca recuperarse incluso por encima de los niveles previos a la pandemia.
Para la línea aérea regional, el segmento vacacional había concentrado la mayor parte de su oferta, que antes de la llegada del COVID-19 contemplaba otro tipo de viajes, como el de negocios a ciudades petroleras (principalmente hacia el sureste del país) y manufactureras. Esta tendencia, sumada a la fortaleza del llamado turismo de vacunas, mantiene a la empresa con un alto optimismo para los siguientes meses.
“Nos espera una temporada alta con el 100% de nuestra capacidad de vuelta al mercado, eso gracias a la fuerza que han tenido los mercados de playa, pero también mucho al tema transfronterizo con Estados Unidos”, explica Danilo Correa, director general de Aeromar. “Estos han sido los grandes drivers de la demanda hoy en día”.
Parte de esta demanda ya ha comenzado a verse reflejada en el número de pasajeros transportados de la aerolínea. Durante el primer trimestre del año, el tráfico de usuarios internacionales creció 75% respecto a 2019, y durante marzo, se duplicó en comparación con el mismo periodo de hace dos años, lo que contrasta con el segmento nacional, que se mantiene a menos de la mitad de lo atendido en el periodo.
En línea con una expectativa de que la demanda continúe en ascenso, Aeromar prevé sumar dos aviones más a su flota de 10 equipos para octubre, y no descarta cerrar el año con 14 aviones, lo que representaría un aumento de 40% de su capacidad en comparación con la flota operada antes de la pandemia.
En cuanto a pasajeros, la aerolínea busca cerrar la temporada de verano en niveles hasta 10% por encima de lo registrado en 2019, con lo cual se busca volver a registrar ganancias tras un año de pérdidas como fue el caso de toda la industria aérea en 2020, señaló Correa, sin dar mayores detalles.
“Hay dos historias: en enero y febrero [los ingresos] se quedaron muy abajo contra el año pasado, pero de marzo a diciembre estimamos que pudiéramos crecer en alrededor de 25% incluso sobre el 2019”, explica.
Más allá de la pandemia, y dado el entorno de la industria aérea donde las empresas del segmento low-cost buscan atacar las rutas de mayor rentabilidad y que han quedado desatendidas por la salida de jugadores como Interjet, el directivo considera que hay un alto potencial para el segmento regional.
“La oportunidad es muy grande. Podemos operar rutas que no van a ser rentables para aerolíneas de gran tamaño, que no van a volar con 30 o 50 personas. En este segmento tenemos la mejor preparación”, dice Correa Fuente: Agencias/ Infobae.